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Calasanz y el método simultáneo | #coedupia

Calasanz y el método simultáneo

Extracto del libro: LA FORMACIÓN DE LA ESCUELA MODERNA

PROF. DR. JORGE EDUARDO NORO

Ponga toda diligencia en conducir a los alumnos a la escuela, al oratorio y a la frecuencia de los sacramentos y vea de hacer una sola clase, si bien a dos o tres más diligentes podrá dar a estudiar tres o cuatro líneas más de latín que a los demás; pero todos deben oír y estudiar las mismas leccionesy no tenga escrúpulo en enseñar cómo le parezca más conveniente, pues así creo yo que se debe proceder (CARTA. 28 noviembre 1625)

El número de alumnos que un maestro podía enseñar, debía permitir llegar con sus lecciones convenientemente a todos.[1]  Una vez que fue adoptado el sistema de clases separadas para cada edad y para diferentes contenidos, se siguió como necesaria consecuencia la introducción del método denominado simultáneo: todos en cada clase debían ser instruidos al mismo tiempo, en la misma materia y por el mismo maestro. Al sistema simultáneo se le sumó el sistema mixto[2] que se hacía cargo de la enseñanza y del control individual. Para ello se reproducía el conocido modelo jesuita (que no será ajeno a las definiciones didácticas de Comenio) con el uso de decuriones[3] encargados de su sección respectiva y una variedad de obligaciones que permitían al maestro atender a una sección mientras los demás estaban ocupados en prácticas o revisiones que no exigían inmediatamente la intervención del maestro: “En las escuelas inferiores,mientras una sección lee ante el maestro, la otra se dedica a estudiar la lección o a escribir; mientras se corrige la escritura de los unos, otros se otros se entretienen en otra ocupación”.

Un criterio metodológico de similar inspiración y origen se observaba en las clases superiores ya que era costumbre dividirlas en dos bandos o secciones: Romanos y Cartagineses, Pars Pía et Pars Angélica, Equites et Pedites, Legio Velox et Legio Florens. En todas ellas la competencia era progresiva y alguien terminaba siendo designado Emperador y se convertía en un auxiliar privilegiado del educador, especialmente para el repaso y la revisión de las lecciones. La competencia permitía darle mayor poder de adaptación al método simultáneo porque a la hora de exponer lo estudiado y aprendido, cada uno podía rendir según sus capacidades, al enfrentarse con quienes tenían su mismo nivel, facilitando la posibilidad de emulación, porque no se descartaba – como en el original de los jesuitas – el desafío a quienes ocupaban posiciones superiores.

Estimulará con premios la inteligencia de los niños, nombrando a un niño Emperador y dándole, por el tiempo que dure su mandado, el privilegio de no ser azotado y el de conceden dos o tres gracias a los alumnos que merecen ser castigados (Reglamento de Litomysl: 6, 7)[4]

[1] Son frecuentes las cartas de Calasanz haciendo la correspondiente distribución y amonestando por haber admitido más alumnos de los que los maestros pueden atender. Si los alumnos son muchos no pueden ser bien enseñados, siendo en tan gran número: hará poco un maestro que intente enseñar a cincuentaSin embargo, los testimonios de la época mencionan cursos de 60 ó 70 alumnos, sugiriéndose en estos casos la ayuda de los alumnos aventajados.

[2] SANTHA (1956: 308) afirma que el sistema mixto pudo haber sido utilizado excepcionalmente por Calasanz, ya que en realidad fue aprobado a partir del Capítulo General de 1694.

[3] Los decuriones según SANTHA G. (1956: 360 – 362) eran alumnos, pero en sus funciones pertenecían al personal docente y contribuían a la eficacia del trabajo de los Padres y maestros, tanto en el control disciplinario como (en menor grado) en lo didáctico.

[4] Allí se menciona que esta lucha por los honores y los reconocimientos podía convertirse en un concurso anual de la que participaban todas las escuelas de la ciudad, compitiendo sobre la enseñanza de la doctrina (catecismo): el ganador era proclamado Emperador de todos.


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