Del 25   al 29 de julio, P. Juan Mendoza,  Jr. Oscar Contreras, Jr. José Miguel Suleiman.  Jr. Alain Poudy,  Venio Bonhomette,  12 jóvenes vocacionales y voluntarios y 110 niños/as convivieron en una escuela de Leogane, a pocos kilómetros de Puerto Príncipe.

Era el tercer encuentro en este lugar. El objetivo también ha sido doble, por un lado congregar a una serie de jóvenes de los últimos años de Liceo con inquietudes Educativas y algunos, vocacionales, y por otro lado, congregar a los niños de la zona y proponerles actividades semejantes a las que desarrollamos en la Provincia en estos meses de julio a agosto: las misiones, los campamentos.

El junior Alain Poudy, bien conocedor del lugar nos cuenta la experiencia.

Una certeza es que una buena preparación antes de realizar cualquier cosa es fundamental para lograr sus objetivos. Cuando pensaba en los campamentos de este año viendo lo poco de tiempo que tenía para sentarnos a preparar yo entraba en crisis. Sin embargo, no me había dado cuenta de que hay un gran trabajo previo que se ha hecho con los mismos chicos del año pasado. De este grupo del año pasado salió una comisión que se encargaba de planificar los campamentos de este verano. Un esfuerzo que valoro muchísimo de parte de los muchachos en su crecimiento y devoción a Calasanz como guía. Gracias a ellos los niños de Leogane pudieron disfrutar por cuarta vez de la alegría de vivir los campamentos de verano. 

En los momentos previos, hemos de decir que tuvimos muchas dificultades para encontrar un sitio donde realizar los campamentos visto que el lugar habitual de Leogane estuvo en reparación. Hubo un despiste a la hora de cuadrar un colegio en una parroquia. El mismo día sábado 23 que teníamos previsto para empezar los campamentos, el párroco nos avisó que no iba a ser posible porque había dos otros grupos en el colegio y la fecha que habíamos cuadrado fue final de agosto. Venio y Alain se dirigieron de inmediato al pueblo de Leogane para buscar una solución reportando el campamento para el lunes 25. No nos hemos visto con el P. Gabriel Blot, el responsable de la Escuela donde realizábamos los campamentos los años anteriores. Estuvimos todo el fin de semana sin tener una respuesta clara. El lunes 25 en la mañana hemos llegado a Leogane en una escuelita que me refirió una hermana religiosa. Pero el espacio es tan pequeño que no nos pudimos quedar. Nos trasladamos al final donde el P. Gabriel Blot sin haber podido hablar con él previamente. Después de largas horas de espera él llegó a la casa y nos acogió sin problema en la escuela donde realizamos el campamento.

Fue una bendición haber podido realizar los campamentos en esa localidad donde llevamos un gran trabajo con los niños desde hace 4 años. El mismo lunes iniciamos con las preparaciones de los campamentos formando los monitores; realizamos una visita en todo el barrio a las familias y convocando a los niños para el campamento. El martes 26 llegaron al campamento los hermanos Juan Mendoza, Oscar Contreras y José M. Suleiman que se incorporaron con una facilidad tanto con los niños como los jóvenes vocacionales. Tuvieron muy buena acogida también de parte de todos. Su participación fue fundamental en los trabajos con los vocacionales y los campamentos con más de 100 niños de la zona. 

El jueves 28 de julio recibimos la visita del P. Provincial Francisco. Visita que trajo mucho fruto. Breve, sencillo y eficaz como diría Nuestro Santo Padre Calasanz. Alegró el corazón de los muchachos vocacionales y voluntarios que participaron en el campamento. El diálogo con el vocacional Francisco Civil, el compartir con los niños la alegría desde un lenguaje sencillo y sincero ser prejuicio, la breve reunión con todo el grupo y las palabras de ánimo a los muchachos por el gran trabajo que están realizando, resaltar la presencia y pertenencia a una Escuela Pía en Haití, la esperanza en seguir realizando con más frecuencia los campamentos fueron los motivos para calificar esta breve visita como un gran éxito. 

El día viernes 29 terminamos con actividades del campamento con los niños a medio día; en la tarde cerramos con una reflexión y evaluación junto a todos los vocacionales y voluntarios en una pequeña excursión en la playa. Culminamos esa gran bendición y regalo de Dios el sábado en la mañana con el regreso de cada uno a su destino. 

Hemos calificado los campamentos de manera muy positiva. Un espacio donde cada uno pudo vivir experiencias fundamentales, descubrir novedades, cosas que nos servirán para nuestro crecimiento y el ánimo de seguir sirviendo a los pequeños y pobres al estilo de Calasanz. Dios nos bendiga siempre y siga dando vida a una Escuela Pía haitiana con corazones dispuestos a hacer la voluntad de Dios.