Los primeros días de enero tuvo lugar en Venezuela una experiencia significativa para algunos de los jóvenes en el proceso vocacional escolapio: unos días de compartir con los indígenas de la etnia Barí, en la Sierra Perijá, frontera occidental del país con Colombia. La comunidad de los padres Capuchinos, y el poblado Bachichida, formado por unas 100 personas Barí, nos recibieron con los brazos abiertos y nos hicieron vivir una muy agradable experiencia de compartir. Los más abuelos con dificultades para expresarse en español, nos contaron algo de su vida; los adultos, muchos de ellos con estudios superiores, compartieron sus inquietudes y esperanzas; los niños, bochincheros y tremendos, guindados de nuestro cuello en el juego y en el río, nos hicieron reír y también contemplar en su mirada el mismo rostro de Cristo.

Para Kevin, caraqueño, y para Dylan y Eddie, maracuchos, tanto como para los religiosos Jose Alejandro y Juan Carlos fue una experiencia inolvidable. Les copio cómo lo cuenta Dylan en su facebook: «los muchachos y yo nos arriesgamos a vivir una gran experiencia llena de fe, entrega y amor, vivida desde Dios. cuando llegamos al tocuco, en la casa de los padres capuchinos la gente nos recibió muy bien, pareciamos conocidos de toda la vida., porque el trato era amigable,amable, llenos de bondad y de generosidad, estando en en el internado vi a jóvenes que quieren estudiar, surgir, salir adelante, que tienen sueños, esperanzas de un futuro mejor y que creen en si mismos es gratificante el ver que confian en si mismos.. luego al siguiente día viajamos hacia bachichida «la comunidad Bari» una comunidad muy especial, en el trayecto del viaje disfruté de la excelente y hermosa flora que Dios nos regala; cuanta paz sentí dentro de mi, las personas, buena gente tenían a Dios reflejado en cada gesto, cada acto, muy unida la comunidad, muy creyente de Dios. eran humildes, y aunque eran humildes eran felices porque sólo viven de la pesca y de lo que siembran.. y cazan claro.

los niños, bueno; con sólo tú sonreír les causaba alegria, diversión, les gusta que conversen con ellos, que les hablen, que compartas como si fueses de la familia. una sonrisa de esos niños vale más que todo el oro del mundo.. el domingo llegó la misa ansiada por la comunidad ya que hacía tiempo que no se daba una misa por ahí. hubo bautizos,ofrendas; la misa fue como una gran fiesta, quedó perfecta y muy especial. Todo surgió gracias al espiritu santo que nos fue guiando, para que todo saliera bien.; tenían sed, sed de ti, Padre de tú palabra cuanta alegría habia en ellos…. y así fue, así lo vi yo.. ya de vuelta en » la ciudad» continua la inseguridad, la soberbia, la violencia, la matanza toda maldad.. pero a luchar anunciando el reino, me llevé una gran experiencia y satisfacción. woow , ese fin de semana no lo olvidaré, fue lleno de oración de relajación espiritual y mental muy lleno de tú amor Dios, cada día se aprende algo nuevo.. solo queda darte gracias padre por lo que me haces vivir y sentir cuanta alegría,amor y misericordia hay en ti.. me has robado el corazón..»

Algunas fotos de los niños y de la comunidad.

Volveremos por allí, no cabe duda.