Escuelas Pías Centroamérica y Caribe

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Muy pronto…

Muy pronto nos vamos a encontrar y queremos que estés presente en el Encuentro Provincial de Jóvenes Online

Ser Escolapio: P. Federico Calcáneo

Ser escolapio es un apartado donde los religiosos y laicos que siente el “Nosotros, escolapios, religiosos y laicos, nos sentimos «cooperadores de la verdad», como San José de Calasanz y enviados por Cristo y la Iglesia a evangelizar educando”, experimentan estas palabras desde las entrañas, y lo van viviendo desde ser religioso, o ser laico: dos vocaciones, una misión.

Para esta primera cita, compartiremos la siguiente experiencia la vocación y misión escolapia desde la Vida Consagrada, esperamos la disfruten:

P. Federico entres los estudiantes

Nombre: Federico Alfonso Calcáneo Astúa de San José de Calasanz / Edad: 49 años / Lugar de nacimiento: San José, Costa Rica / Presencia Escolapia donde vive: Colegio Calasanz de León, Nicaragua

  • De lo Escolapio, ¿Qué le motivó a ser de ellos?

Cuando leo esta pregunta, se me viene a la mente, algunos escolapios en quienes veía, su entrega, su pasión, su amor y su alegría de lo que eran, y de su trabajo; sobre todo y en mi caso particular, a los que se encontraban con los jóvenes de la Ciudad Hogar Calasanz. Aquí tuve la oportunidad de vivir la experiencia de formar parte del claustro del colegio nocturno; aquí experimenté, la enseñanza que recibí de muchos padres escolapios en el Calasanz de San José, Costa Rica; ese educar y darse por los jóvenes con muchas necesidades, no solo económica; me llamó mucho la atención.

  • Con cierto camino recorrido en las Escuelas Pías: ¿Qué le sigue motivando?

Hoy en día, me sigue motivando esa misma semilla que se sembró y se fortaleció en la Ciudad Hogar Calasanz: el servicio, la enseñanza a los necesitados, el disfrutar de la alegría de aquellos, que son muy felices; en lo poco que tienen materialmente; en los que abren los brazos, para abrazar sin buscar ni esperar nada a cambio; en los que te regalan una sonrisa haciendo olvidar tus preocupaciones, tu cansancio, tu estrés y las muchas cosas que nos bailan por la cabeza. Y claro está, de servir a Dios, a través de nuestro carisma, que llena y satisface. Además, de la amistad, la fraternidad de los hermanos de comunidad, que son muy importantes para la misión y para la propia vida de uno.

  • ¿Qué mensaje daría a los jóvenes que están con la inquietud de ser religiosos escolapios? ¿Qué le diría a los Juniores Escolapios?

Para aquellos, que están llevando algún proceso de acompañamientos vocacional, lo que puedo decir es “lanzarse al agua”, es decir, dejarse llevar por ese primer llamado; la única forma de verificar la inquietud, es en vivo, de empaparse, de disfrutar y de imbuirse en la vida escolapia; esta experiencia permite clarificar, comprobar, degustar, o definir el futuro.

A los juniores, animarles a mantenerse firmes en el camino que el Señor les ha mostrado, en la vida escolapia; fortalecerse en la oración; buscar el apoyo de los hermanos; disfrutar del trabajo con los pequeños, los jóvenes, de la vida fraterna que ofrece la comunidad; y lo más importante aprovechar cada oportunidad en que sientan a Calasanz.

#20Nov Fiesta de la familia escolapia

Fiesta de la familia escolapia
IV Centenario del reconocimiento de las Escuela Pías como Orden Religiosa de votos solemnes


El próximo sábado 20 de noviembre, las Escuelas Pías celebramos el IV Centenario del reconocimiento como Orden Religiosa de votos solemnes en la Iglesia, coincidiendo con la Jornada de la Familia Calasancia. Será una celebración extraordinaria con diferentes momentos, comenzando con la Celebración de Acción de Gracias presidida por el P. General Pedro Aguado. Dentro de la Jornada de la Familia Calasancia, participarán los superiores de los diferentes institutos de la familia compartiendo experiencias vocacionales. Así mismo, se presentará el Spazio Calasanz con una ofrenda ante la sepultura del Santo, y el historiador de la Orden, P. José Pascual Burgués compartirá una reflexión sobre los milagros del Santo Calasanz en una paraliturgia titulada “Ha muerto el santo”. También a lo largo de la tarde se presentará el Año vocacional, compartiendo el testimonio de varios novicios escolapios y se presentará la web de Glicerio Landriani.
Sigue el evento online
PROGRAMA
 
16.00h. Solemne Eucaristía de acción de gracias
Preside: Rvmo. P. Pedro Aguado Cuesta, Padre General.
 
17.30h. “Ha muerto el Santo”
Paraliturgia con textos sobre la muerte y milagros de san José de Calasanz.
 
18.15h. Bendición y apertura del “Spazio Calasanz”
Ofrenda de la luz ante la sepultura de san José de Calasanz.
 
18.30h. Acto institucional
Apertura del Año Vocacional de las Escuelas Pías.
Causa de beatificación del Venerable Glicerio Landriani Sch. P.
Jornada de la Familia Calasancia.

Juvenicidio: Desafío para volver a lo esencial

Durante los últimos tiempos la Orden ha realizado un esfuerzo extraordinario de expansión, que no siempre ha sido bien comprendido en su total significado. Si en algún terreno ha sido audaz nuestro Padre General, Pedro Aguado, ha sido precisamente en este campo. Y no dudo que ha debido enfrentar las críticas de que somos pocos, de que no llegamos a más. Esto siempre ha sido así, desde la época de Calasanz. Los números nunca cuadran, tampoco las condiciones y planes iniciales. Lo interesante es el impulso y deseo por ir más allá: a la orilla periférica y a otras culturas que no reflejan al Occidente dominante. Se trata de una visión macro que comparto plenamente, porque nos recuerda el valor de la mirada larga.

Cuando los escolapios buscamos expandirnos lo hacemos convencidos de que nuestro carisma, operante en la misión, aporta caminos y alternativas de mejora para la niñez y juventud de cualquier lugar y cultura. Al leer el Memorial Tonti y contrastarlo con otras fuentes, me convenzo que la gran novedad de Calasanz no estaba en considerar este carisma como deseado por Dios o de derecho natural. Ni siquiera la unidad de Piedad y Letras es tan original, como el de llevar su proyecto y acción salvífica a todas las personas sin excepción. La novedad de que la ciudadanía es un derecho de todos sin importar su origen es extraordinaria. Concluir que la buena educación es un derecho para los más pobres, es el camino para romper una sociedad rígida y estamentaria creando ciudadanos que aspiren por ellos mismos a una vida buena y digna, impulsando, a su vez, espacios de reforma social bajo esas mismas claves. ¡Ese es el gran aporte de Calasanz! De ahí su defensa radical por dar estabilidad al carisma y a sus instituciones; su insistencia de no excluir y su convicción por ir siempre más lejos, llevando esa intuición divina a todos los lugares, especialmente pequeños.

La expansión de la Orden nos recuerda que los procesos micros de calidad son importantes, pero hay mucha gente e instituciones que los hacen, impulsados por lo más novedoso de la pedagogía, la administración y los recursos pastorales más íntimos y cercanos. No es que eso me parezca mal. Me gusta y he participado de esos proyectos toda mi vida escolapia. Pero si quiero ser fiel en estos tiempos, debo dejar que me duelan de verdad las grandes exclusiones y violencias del mundo.

La llegada de las Escuelas Pías a lugares geográficos y sociológicos con graves desafíos en el tema primario y esencial de garantizar la vida misma, han de marcar nuestro ministerio y liberarlo de las ataduras casi microscópicas con los que estamos concibiendo el acompañamiento pastoral y pedagógico. Debemos responder con valentía frente al hambre, la violencia que hace migrar o que termina matando; la carencia de oportunidades, el racismo y la explotación económica. La pandemia no traerá un aire de bien, como la gente que vimos al inicio cantando en los balcones de sus casas propias. La pandemia trae más hambre, contradicción y violencia. La pandemia expulsa millones de niños y jóvenes de la institución escolar; denigra oportunidades laborales y suscitará, sin la menor duda, nuevas formas de violencia económica y social. La muerte violenta de muchachos cercanos a nosotros se hace cada vez más evidente en las noticias de comunidades y obras… Y si el ruido de la muerte está tan cerca de instituciones hasta cierto punto seguras, ¿cómo será en los medios más expuestos y lejanos?

El juvenicidio, con la explotación y muerte de los jóvenes, es el gran anti-signo para los escolapios en estos tiempos. Frente a ello debemos reconvertir obras y proyectos en lugares teológicos, sociales y educativos que den auténtica protección y alternativas a los que están más expuestos. Tenemos que ver de nuevo la realidad que toca las puertas desde afuera y no quedarnos con la propia y umbilical, donde nuestro alcance se agota en mayores o menores competencias, celebraciones más o menos cuidadas o el cumplimiento de ordenanzas burocráticas. Nuestra misión no es aislarnos de la realidad cuanto usar todos nuestros medios para transformarla. La audacia de la expansión geográfica exige ahora la audacia de abrirnos a la reforma de la sociedad. ¡El tiempo pasa y la significatividad se estrecha! ¡Los tiempos capitulares son una gran oportunidad!

P. Rodolfo Robert Sch. P.

70 años de presencia escolapia en Carora (Venezuela)

Memoria agradecida de los primeros días de la fundación

Los años cincuenta del pasado siglo fueron muy fecundos en ardor misionero. El P. Vicente Tomek, Superior general de los escolapios, animó a los religiosos de España a iniciar nuevas fundaciones en América.

Después de un viaje exploratorio a Venezuela del P. Jesús Nagore. La provincia de Vasconia decidió abrir una fundación en la ciudad de Carora, en el interior del país. En la ciudad ya funcionaba una pequeña escuela de niños fundada por un sacerdote diocesano, pero las autoridades locales y las familias soñaban con la llegada de una comunidad religiosa dedicada a la educación y que se encargara de la escuela.

Y el 3 de septiembre de 1951 llegaron los primeros escolapios a la ciudad en un avión regular procedente de Barquisimeto. Antes habían llegado por barco al puerto de La Guaira, cerca de Caracas. Leer las crónicas de comunidad dan una idea de cómo fueron los inicios.

Sobre las seis y media de la tarde, en avión procedente de Barquisimeto, aterrizan en el aeropuerto de Carora los padres que han de integrar la primera comunidad en suelo venezolano. Son estos los PP. Jesús NagoreConstantino GarisoainIgnacio MorrásJesús Vides y el hermano Alfonso Olazábal.

Una muy nutrida muchedumbre estalla entusiasta en vítores y aplausos a la llegada de los padres. Los padres bajan del avión portando cada uno en sus manos un hermoso paraguas negro.

Ha sido como una bendición copiosa que les ha caído del cielo. Tiempo hacía que la ciudad de Morere anhelaba ansiosamente poder contar para sus hijos con una Orden o Congregación religiosa. Seguidamente, se organizó una hermosa caravana hacia la parroquia San Juan para dar gracias a Dios por los inmensos beneficios recibidos.

Al terminar de entonar el himno “Te Deum”, las emocionantes palabras de monseñor conmovieron profundamente a la multitud allí congregada. Sencillas pero cordiales fueron las que brotaron espontáneas del corazón agradecido del P. Nagore. Llenos de entusiasmo y enardecidos por la emoción, acompañaron a los padres a la casa que les habían preparado, sita en la calle Lara nº 11, propiedad de D. Ricardo Riera.

Seguidamente, un grupo de personas irrumpió en la casa para celebrar con los padres una rica comida de bienvenida donde el joven Ignacio Herrera, con emocionantes palabras leyó a la concurrencia el discurso de bienvenida.

No habían terminado de aplaudir cuando emocionado hasta lo más íntimo de su ser por todo lo que estaba viendo, se levanta el P. Constantino y agradece sinceramente en nombre de todas las exquisiteces de almas nobles y generosas que están realizando los caroreños.

Y el 17 de septiembre comenzó el curso escolar con una misa solemne al Espíritu Santo se inicia el primer curso escolar de las Padres Escolapios en Carora. Cabe mencionar que los padres no tienen más que continuar y renovar ampliando la obra que se iniciara en enero de 1945.

Al día siguiente comenzaron las clases con una matrícula de 109 alumnos de Primaria y con la intención de buscar un terreno más grande a las afueras y construir un moderno colegio que diera cabida a más alumnos.

El concejo municipal facilitó pronto un terreno y se iniciaron los trámites para la construcción de modo que en el curso 1953-1954 ya se dio clase en el actual edificio.

Han sido 70 años donde los escolapios han escrito páginas muy bellas de la historia de la ciudad. Todos los religiosos que pasaron por Carora quedaron seducidos por la simpatía y sencillez de sus gentes. Mientras que, en otras ciudades de América, los escolapios fundaron en grandes ciudades: Managua Santo Domingo, Bogotá, Belo Horizonte, Puebla…, en Venezuela se comenzó por una ciudad pequeña. Muy pronto vendrían otras fundaciones necesarias: Caracas y Valencia.

En los años 50 y 60, Venezuela tenía una economía fuerte y próspera que atrajo a muchos emigrantes de Europa, que había sido muy dañada por la guerra. América ofrecía posibilidades de crecimiento, de comenzar una nueva vida. Para la Iglesia también fue una gran oportunidad.

Actualmente Venezuela está sumida en una profunda crisis que ha afectado a todos los ámbitos de la sociedad. El sistema escolar público que antaño era muy robusto está prácticamente desmantelado y las instituciones de carácter privado hacemos grandes esfuerzos por sobrevivir a esta fuerte crisis.

Después de 70 años el carisma de Calasanz está muy vivo en Carora en una fraternidad escolapia muy activa y en tantos educadores, catequistas, voluntarios que fueron seducidos por el hermoso proyecto calasancio de educar en piedad y letras.

Y arrancamos este año de júbilo y acción de gracias con un encuentro precioso con todo el personal de la escuela y una eucaristía presidida por uno de los exalumnos más destacados de nuestra escuela y que ahora tenemos en honor de tener como obispo de Carora, el escolapio Carlos Enrique Curiel Herrera.