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Asamblea Provincial del Movimiento Calasanz

El pasado sábado 22 de febrero, se dio el encuentro para la Asamblea del Movimiento Calasanz de nuestra Demarcación. Fue un espacio estupendo, no solo para encontrarnos, sino para evaluar la marcha del #MCal, en lo que va de cuatrienio, y de esta manera, identificar las líneas que debemos impulsar los próximos dos años del cuatrienio
Agradecido con todos los participantes








Alejandro y Andrés, nuevos escolapios

Ayer sábado #11ene ha sido un día de gran alegría y bendición para la Orden de las Escuelas Pías. Nos unimos en celebración por la Profesión Simple de nuestros queridos hermanos Alejandro y Andrés, quienes han decidido dar un paso significativo en su camino de fe y dedicación a los Escolapios.
Alejandro y Andrés, con valentía y compromiso, han respondido al llamado de servir a Dios y a la comunidad a través de la misión escolapia. Hoy, al hacer su Profesión Simple, reafirman su deseo de vivir según los valores del Evangelio y seguir los pasos de San José de Calasanz.
Oremos juntos para que el Señor los guíe y fortalezca en esta nueva etapa de su Vida Consagrada. Que la Virgen María y San José de Calasanz los protejan siempre, y que su vocación florezca en abundantes frutos de paz y esperanza.
¡Felicidades, Alejandro y Andrés! Que la luz de Cristo ilumine siempre su camino.


“Paz en la tierra a las personas que Dios ama”

“El Señor todopoderoso preparará en este monte, para todos los pueblos, un banquete de exquisitos alimentos, un banquete de buenos vinos, sabrosos alimentos, vinos deliciosos. Y en este monte destruirá el velo que cubre a todos los pueblos, el lienzo que tapa a todas las naciones. Destruirá la muerte para siempre y secará las lágrimas de todos los rostros” (Is 25, 6-8).
Cuando contemplamos la compleja realidad de nuestro mundo, nos cuesta comprender lo que significa la esperanza. Pero textos como el de Isaías, que leemos en Adviento como preparación para la Navidad, nos ayudan a comprender lo que esperamos. Esta es la clave de la esperanza cristiana, que no depende de que las cosas vayan bien o mal, sino de la promesa de Dios. La esperanza no es lo mismo que el optimismo. Éste es simplemente un estado de ánimo. La esperanza es una virtud teologal, que nos es dada por Dios. Por eso no se puede comprender, ni vivir, sin la fe. Por eso, ante la promesa de Dios, el ser humano espera.
Este año celebramos la Navidad en las puertas del Jubileo de la Esperanza. Tenemos por delante un año jubilar en el que somos invitados a renovar nuestra fe y nuestra vocación. Como Congregación General, deseamos invitaros a vivir esta Navidad y este Año Jubilar con la alegría profunda de quien sabe que Dios viene a nuestro encuentro, comparte nuestra condición humana y hace realidad todas sus promesas de vida y de salvación.
Como escolapios, estamos convencidos de que sólo las personas e instituciones llenas de esperanza en la vida, en los jóvenes, en la posibilidad de un mundo nuevo, pueden tomar la audaz decisión de educar. Y esa es la opción que asumió Calasanz y que está en el centro de las Escuelas Pías. Educar es un acto de esperanza.
Os invitamos a renovar nuestro compromiso por construir un mundo mejor, y hacerlo junto con los niños y jóvenes que Dios pone en nuestro camino. Nos sostiene la fe en un niño, pobre y desvalido, que duerme en un pesebre de Belén. Acojámosle y recibámosle como la razón de nuestra vida y de nuestra vocación.
A todos los que formáis parte de las Escuelas Pías os deseamos una muy FELIZ NAVIDAD.
La Congregación General de las Escuelas Pías
Segunda jornada de Ejercicios Espirituales

Con textos bíblicos referentes a la Navidad, se realizó la segunda tanda de ejercicios espirituales de la Provincia, en Heredia, Costa Rica.
Los ejercicios fueron desde el 15 al 19 de diciembre, y como facilitador estuvo el P. Carlos Arias, S.J. y participaron los religiosos escolapios de las presencias de República Dominicana y Costa Rica



El papa Francisco, a la Familia Calasancia: “No teman aventurarse por distintos senderos para responder a las necesidades de los pobres”

“El estilo educativo integral es un ‘talento carismático’ importantísimo que Dios les ha confiado, para que lo aprovechen al máximo de sus capacidades, para el bien de todos”. Con este elogio y encargo remató esta mañana el papa Francisco las palabras que dirigió a los responsables de la Familia Calasancia, que aglutina a todas las congregaciones vinculadas al santo español José de Calasanz.
Con el superior general de las Escuelas Pías al frente, Pedro Aguado, el Pontífice se encontró en el Palacio Apostólico con los superiores y superarías de Escolapias, Calasancias, Cavanis, Voorselar, del Provolo, Suore Calasanziane y Kalasantiner. Todos ellos se reúnen estos días en Roma para celebrar los 75 años de la constitución como tal de la Familia Calasancia. Además, en este foro, tal y como subrayó el propio Francisco se ha convocado en vistas del centenario de la muerte de dos de sus fundadores, san Faustino Míguez, fundador del Instituto Calasancio Hijas de la Divina Pastora, y la beata Celestina Donati, fundadora de las Hijas Pobres de San José de Calasanz.
Ángel custodio
Con este punto de partida, Jorge Mario Bergoglio se detuvo en el perfil del “patrono universal de todas las escuelas populares cristianas del mundo”. Al repasar su trayectoria, recordó que “el Señor le inspiró el dedicar su vida a la educación de los jóvenes, especialmente de los pequeños y los pobres”. De la misma manera, hizo hincapié en cómo el sacerdote nacido en Peralta de la Sal en 1557 le gustaba definir la misión del maestro como “ángel custodio”.
A partir de ahí, y sabedor de que la Familia Calasancia está hoy presenta en cuatro continentes, Francisco invitó a los presentes en la audiencia a adentrarse en dos rasgos claves de Calasanz como hoja de ruta para hoy: “la valiente docilidad a la Providencia” y “la atención al crecimiento integral de la persona”.
Abandono confiado
“No teman aventurarse por distintos senderos de los ya recorridos en el pasado para poder responder a las necesidades de los pobres, incluso a costa de revisar esquemas y de redimensionar expectativas”, dijo el Sucesor de Pedro a los superiores generales al referirse a esa valiente docilidad. A renglón seguido, subrayó que “es en este abandono confiado donde se hunden sus raíces y, permaneciendo fieles a ellas, mantendrán vivo su carisma”.

Para argumentar esta invitación, el Papa se detuvo en el giro de guion de la propia vida de Calasanz, cuando los niños de un empobrecido Trastevere cambió sus planes de tener “una carrera eclesiástica”. “Así nacieron las Escuelas Pías; no tanto de un programa definido y garantizado, sino de la valentía de un buen sacerdote que se dejó interpelar ante las necesidades del prójimo, allí donde el Señor se las puso por delante”, ensalzó Francisco.
Nuevas formas de pobreza
Fue entonces cuando instó a los superiores generales calasancios “mantener en sus decisiones la misma apertura y disponibilidad, sin calcular demasiado, venciendo temores y titubeos, especialmente frente a las nuevas formas de pobreza de nuestro tiempo”.
Junto a este afortunado atrevimiento, el Pontífice buceo por rasgo identitario de la escuela calasancia: integrar “formación espiritual e intelectual para preparar adultos maduros y capaces”. “Fue una decisión profética en aquellos tiempos, plenamente válida también ahora”, remarcó Bergoglio.
Sentir, pensar, hacer
En este punto, Francisco echó mano de una de sus recurrentes reflexiones a la hora de hablar del acompañamiento y la labor educativa, esas tres inteligencias de la cabeza, el corazón y las manos: “Para que se piense lo que se siente y se hace, se sienta lo que se piensa y se hace y se haga lo que se siente y se piensa”.
El Papa compartió cómo “hoy es sumamente urgente ayudar a los jóvenes a hacer este tipo de síntesis, a ‘integrarse’ en sí mismos y con los demás, en un mundo que, en cambio, los impulsa cada vez más en la dirección de la fragmentariedad de los sentimientos y los conocimientos, y el individualismo en las relaciones”.
Relaciones personales
En tono distendido, dejando los papeles a un lado, Francisco encargó a sus interlocutores en que insistan “en las relaciones ‘normales’, mirándose a los ojos y no las relaciones virtuales a través del teléfono móvil”. A partir de ahí, desveló la historia de un obispo que le relataba un almuerzo en un restaurante un domingo con sus primos: “En la mesa de al lado había una familia: papá, mamá, hijo e hija, los cuatro con los teléfonos móviles, no hablaban entre ellos. El obispo, muy imprudente, se levantó, se acercó y les dijo: ‘Miren, qué bonita familia, pero ¿por qué hablan con el teléfono? ¿Por qué no hablan entre ustedes, que es mucho más bonito?’. Lo oyeron, lo ‘mandaron al diablo’ y siguieron hablando así. Es terrible esto, una falta de humanidad”.
Antes de despedirse del grupo, el Obispo de Roma dejó caer la importancia de aterrizar la sinodalidad hoy desde la corresponsabilidad en misión compartida. O dicho de otro modo, Francisco animó a la a Familia Calasancia a “caminar juntos”. “Me alegra mucho ver cómo todos ustedes —hombres y mujeres, consagrados, consagradas y laicos—, a la escucha del Espíritu, han percibido la exigencia de “ser familia”, de unir sus esfuerzos y compartir sus experiencias en una red de caridad, para el servicio de los hermanos”, enfatizó. Es más, Francisco concluyó diciendo que este es “el estilo de Jesús” y “el estilo de la Iglesia”.