Opción definitiva de Carolina y Deyanira
Dos palabras hermosas que resumen una vida, dos palabras que no están de moda en nuestra sociedad, pero que Calasanz nos las dejó en el ADN escolapio para siempre y para quien quisiera descubrirlas. Él optó, tras muchos quebraderos de cabeza, y lo hizo, para siempre entregando todo para no desviarse de lo que Dios ponía en su camino.
En la vida hay que optar, tomar una dirección, un camino, podemos errar, pero debemos encontrar nuestro camino cierto. Hoy damos gracias porque dos hermanas nuestras han encontrado en el camino que nos dejó Calasanz su opción y no quieren dejarlo por nada del mundo.
Lo hicieron en el marco de nuestra capilla del Trompillo, Transfiguración del Señor, así es, para dar vida y dar la vida, como nos dijo nuestro Maestro, “la vida no me la quitan, soy yo quien la da…”
La vida la das o te la quitan, y para quienes hemos encontrado en la misión escolapia nuestro camino, entendemos que es así, dar la vida y dar vida, nadie nos la arrebata, la queremos dar como Calasanz.
Hoy damos gracias a Dios, a la Escuela Pía y a Calasanz por encontrarnos en este camino, con hermanas y hermanos que han descubierto la mejor manera de servir a Dios y a los más pequeños.
¿Qué sería de esos niños y jóvenes sin un sí definitivo? Decir a alguien que le amas para siempre y sin condiciones, no hasta que me jubile, sino para siempre; es algo que supera nuestras fuerzas, pero que con ayuda de Dios, sabemos que podemos llevarlo a buen puerto.
Deyanira y Carolina dicen ese sí, y pedimos al Señor por ellas, para que con su gracia haga realidad el evangelio del día en esta viña que es la Escuela Pía: “Yo soy la vid y ustedes los sarmientos. El que permanece unido a mí, como yo lo estoy a él, produce mucho fruto, porque separados de mí ustedes nada pueden hacer.”
También quiso la casualidad que fuera en un día especial, hace un año se nos despedía el P. José Fidel Unanua, él apoyó y soñó en Venezuela con todo esto, y por supuesto, estuvo presente y lo seguirá estando en Carolina y Deyanira, en su misión y entrega por los niños y jóvenes, especialmente los más necesitados.
Dios y Calasanz sonríen y lo festejan, en la sonrisa de miles de niños que se sienten acompañados y queridos por escolapios, hermanos y hermanas de Fraternidad que quieren dar su vida por ellos.
“Hemos encontrado en El Trompillo la mejor manera de servir a Dios y a los pequeños, y no lo dejaremos por nada del mundo”
(Barquisimeto, 29 de abril de 2018, Calasanz, Deyanira y Carolina)
Hermosas palabras para definir ese día. Dios las bendiga siempre
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Gracias Oscar, gracias P. Javier, gracias a todos los hermanos y hermanas escolapias por tanto afecto y cercanía, Dios nos bendiga en la misión y Calasanz nos guíe
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