La vida de San Pompilio es conocida por los escolapios con superficialidad. Tenemos comúnmente la idea de que fue conflictivo, enfermizo y depresivo, predicador itinerante, milagrero y místico… Se nos escapa quizás su intensa espiritualidad, expresada en un lenguaje y en unas formas externas muy alejadas de nuestra mentalidad actual. Por otra parte, su vida de apostolado coincide con los años de crisis jansenista y quietista en Italia. Se le prohibió varias veces confesar y predicar por parte de obispos de mentalidad jansenista, fue perseguido y desterrado de diversas ciudades por autoridades civiles y militares, tropezó con la Inquisición acusado de quietismo…
Pompilio fue maestro de escuela y después profesor de retórica desde 1732 hasta 1740. Transcurridos los ocho años de dedicación exclusiva a la enseñanza prescritos por el Capítulo General de 1718 para todo escolapio, comenzó a simultanear la docencia con la predicación y la dirección espiritual a las que se fue entregando cada vez con mayor intensidad y en lugares muy diversos. Este constante peregrinar apostólico, lleno de dificultades y conflictos, duró 25 años…