Durante el día de hoy los Padres Capitulares han abordado la situación vocacional en Asia, así como los núcleos sobre “el escolapio que necesitamos” y “vida comunitaria”. En la última sesión se presentó una de las misiones escolapias más recientes: Burkina Faso.
Un día intenso de trabajo que comenzó con la celebración de la eucaristía con laudes, esta vez organizada por los hermanos escolapios de Eslovaquia. El P. Provincial Juraj Ďurnek, evocando el Evangelio, ha recordado que «no tengamos miedo». «Jesús se acerca a los impuros, podemos acercarnos a Él sea cual sea nuestra situación personal”, comentó en la homilía.
La sesión de la mañana se ha dedicado de forma completa a profundizar en la situación de la pastoral vocacional en los nuevos países asiáticos. El P. Roberto Dalusung, responsable de este proyecto, ha descrito el trabajo realizado durante estos años, desde la primera reunión del equipo responsable, en noviembre de 2017. El P. Dalusung ha compartido con la Asamblea el periplo por los diferentes países asiáticos donde el equipo vocacional ha estado presente: Japón, Tailandia, Malasia, Myanmar, Camboya, Laos, Corea del Sur…
Con una gran precisión y emoción, el P. Dalusung dio testimonio de la labor llevada a cabo durante este tiempo: “reza por tu obras antes de hacer tu obra”, describió citando al P. Guillén. Durante su exposición, explicó la metodología el estudio de los países, el desarrollo de la diplomacia, los primeros viajes exploratorios o el contacto con otras personas, religiosos, laicos u organizaciones… son elementos imprescindibles para llevar a cabo la acción misionera. “Y todo ello sin perder la pasión por la misión”, destacó el P. Roberto, que recordó un encuentro con el Cardenal Tagle, “cuando trabajamos por las vocaciones, no somos nosotros los que trabajamos, sino sencillamente somos el medio, porque es el Espíritu Santo el que trabaja”.
Frente a las dificultades de trabajar por las vocaciones en lugares donde los escolapios son desconocidos –de hecho, cuenta el padre que suelen alojarse en conventos y casas de amigos, el P. Roberto destaca la sorpresa que supone para muchos jóvenes la posibilidad que ofrece Calasanz: ser sacerdote y maestro. Esto supone “una novedad gigante, porque el valor de la educación se conoce y aprecia, y los jóvenes lo primero que piensan es ayudar a sus cercanos y es evidente que ser maestro es una gran oportunidad”. El P. Roberto también compartió algunos desafíos pendientes, como la situación inestable de muchos de estos países, las dificultades idiomáticas o las diferencias culturales, que plantean nuevos retos a la hora de concretar y plasmar las acciones pastorales.
Ya después de la comida ha continuado el trabajo entorno a los núcleos capitulares abordando “el escolapio que queremos” y la “vida comunitaria” donde los padres capitulares junto a los representantes de la fraternidad han participado y se ha hecho patente la importancia de la formación y del acompañamiento.
La última sesión ha estado dedicada a la misión en Burkina Faso, que ha explicado el P. Provincial de la demarcación responsable, Christian Ehemba, de África del Oeste. “La casa –explica el P. Provincial– de la comunidad es el lugar de reunión, una televisión para ver los partidos de fútbol, y siempre hay luz, electricidad… un lugar en el que los jóvenes pueden estudiar y los hermanos pueden darles apoyo”. El proyecto puso de manifiesto el trabajo que se lleva a cabo con las mujeres en muchas de las misiones que se están presentando estos días.






