«Se nos da el Espíritu para el bien común…» (1 Cor 12,7).

Narra el evangelio de Juan, de la Solemnidad de Pentecostés, que así como el Padre envió a Jesús a misionar en el mundo para contruir su Reino, así hoy, como Provincia, somos enviados y enviadas por Jesús, a continuar su misión.
Este fue el espíritu de la celebración de la Vigilia de Pentecostés que tuvimos en el día de ayer en nuestra Demarcación con la presencia de hermanos y hermanas de distintas presencias escolapias. También contamos con la compañía de hermanos y hermanas de otras Demarcaciones que se sumaron a nuestro encuentro.
Un especial momento de la Vigilia fue la reflexión grupal, tenida gracias a las actualizaciones tecnológicas, que nos permitió conocernos más y profundizar en la riqueza temática de los dones y frutos que pedimos al Espíritu Santo en esta Solemnidad de Pentecostés; al mismo tiempo, compartir cómo el Espíritu nos ha permitido avivar el corazón y la vida para asumir con esperanza este tiempo de coronavirus.
Concluimos nuestra Vigilia de Pentecostés, con el apoyo de la Casa de Formación de San José, donde vivimos un tiempo de oración y contemplación centrando la atención en la necesidad de ser una Provincia en Salida, dispuestos a asumir el proyecto de vida que Dios disponga para nosotros.
Pedimos la gracia de vivir con coraje y valentía el desafío de ser discípulos misioneros del Maestro para la construcción del bien común en nuestra Provincia.