Dirijo estas líneas, en los momentos en los que, en virtud de la obediencia, vuelves a tu tierra natal a servir a la Provincia de Betania como Asistente Provincial. Esto, después de algunos años en los que pudiste reencontrarte con nuestra apreciada obra de La Romana, donde trabajaste con esmero para consolidar nuestros centros educativos.

En nombre de la Provincia, deseo hacer público nuestro agradecimiento, primero a Dios, por regalarnos tu presencia en República Dominicana durante estos años. También a ti, por disponerte a dejar tu tierra y “brincar el charco”, para servir a quienes más lo necesitan. Al P. General, por enviarte y por apostar por nuestra Escuela Pía centroamericana y caribeña.

Deseamos tenerte nuevamente, en la medida en que tu misión te lo permita, y esperamos que puedas seguir dando lo mejor de ti allí donde la obediencia lo disponga.

Dios bendiga tu ser y quehacer, y que la experiencia vivida en nuestra demarcación, sea una huella imborrable en tu vida de fe y en tu vocación ministerial.

¡Gracias!