La segunda lectura de la liturgia del día de Calasanz es un fragmento de una carta de San Pablo a los tesalonicenses en la que reivindica su misión como apóstol: «Aunque por ser apóstoles de Cristo podríamos reclamar autoridad, os tratamos con delicadeza, como una madre que cría con mimo a sus hijos; por el cariño que os teníamos, os habríamos entregado con gusto no sólo el Evangelio de Dios, sino nuestra propia vida; tanto llegamos a quereros» 1ª Tes 2, 7-8
La correspondencia de Calasanz es un reflejo del cuidado y la delicadeza con la que acompañaba el buen funcionamiento de las comunidades y de las escuelas. Trató a sus semejantes como una madre cría con mimo a sus hijos; con verdadero afecto paternal, sabiendo que se consigue más con la dulzura de las palabras que con gritos o la imposición de una ley.
Así quiere que sea la relación con los alumnos: mostrando a todos amor grande de padre y enseñándoles con tal afecto, que los alumnos conozcan que desea su aprovechamiento, porque así los animará a ser diligentes en las clases, y después los atraerá más fácilmente al servicio de Dios, que es nuestra ganancia. (EP 0354)
Fue tanto el amor de Calasanz por la misión de la educación que, como buen apóstol de Cristo, soportó con paciencia el sufrimiento que le produjo las incoherencias y las calumnias de sus hermanos de comunidad, la incomprensión de la Iglesia y la indiferencia de muchos. Ya lo anunció Jesús a sus discípulos: «Si me persiguieron a mí, también os perseguirán a vosotros; si guardaron mi palabra, también guardarán la vuestra» (Jn 15,2).
Seguir a Jesús hoy en la senda de Calasanz supone apasionarse de tal modo que seamos capaces de entregar con gusto la propia vida por un ministerio muy digno, muy noble, muy meritorio, muy beneficioso, muy útil, muy necesario, muy enraizado en nuestra naturaleza, muy conforme a razón, muy de agradecer, muy agradable y muy glorioso.
Feliz día de Calasanz
Hoy más que nunca veo la necesidad de educar con amor a los niños y jóvenes. Con ello garantizamos un futuro mejor para nuestros pueblos sometidos a gobernantes sin estudios y sin formación humana.
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