El evangelio de San Mateo acaba con el envío de Jesús a sus discípulos: “Vayan y hagan discípulos, bautizándolos en el nombre de Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estoy con vosotros hasta el fin del mundo” (Mt 128, 19-20).
Con esta perspectiva misionera, un grupo de 120 jóvenes del Movimiento Calasanz de la presencia escolapia de Carora han vivido la Semana Santa. Después de dos jornadas de preparación, se dedicaron tres días para visitar las hogares llevando una palabra de vida y organizando actividades para los niños en los sectores de la parroquia. A partir del jueves, el grupo se centro en vivir con más intensidad las celebraciones del Triduo Pascual.
En el contexto de la semana, un grupo de 40 jóvenes hicieron la promesa misionera por la cuál se comprometían a realizar una misión permanente de evangelización entre los niños de la parroquia. otro grupo de jóvenes universitarios tuvieron la entrega de la Biblia como un momento clave en su proceso de crecimiento cristiano.
Vivieron la Vigilia Pascual en compañía de toda la comunidad parroquial y “fiesta de pascua” hasta el amanecer.
Con el acontecimiento de la Pascua, la Iglesia crece y se renueva. Nuestros jóvenes misioneros necesitan del impulso de vida que brota de la resurrección para mantener su compromiso cristiano en medio de tantas dificultades.