Al mirar esta aventura apasionante no hay una palabra que defina mejor nuestra experiencia «Gracias». Gracias que damos a Dios porque nos ha dotado como Provincia del Espíritu que inspiró a Calasanz para ser una respuesta oportuna y útil a la sociedad allá donde se requiera educar con Piedad y Letras. Una de esas respuesta ha sido la que hemos dado a nuestros niños del Trompillo.

No queremos pecar de romanticismo. Como toda aventura que se inicia, han sido muchas las dificultades que hemos tenido que sortear.  Definitivamente, Dios nos ha tomado de la mano y no nos ha querido soltar. El contexto es fuerte, lo cual nos hace tener la certeza de que nuestro ministerio en este lugar es «muy necesario y muy de agradecer».

Agradecemos a todos los hermanos Escolapios que han mostrado su solidaridad compartiendo este sueño con nosotros, a la Fundación Itaka Escolapios, a la Fraternidad escolapia de Barquisimeto «Divina Pastora», a los niños y  a los representantes. En fin, a la tesonera paciencia que hemos tenido todos. Debemos estar alegres de que la obra de Calasanz acontezca hoy entre nosotros.

La última visita  del P. Provincial el martes 18 de octubre nos ha servido para evaluar el camino recorrido y sobre todo, para seguir soñando. Hemos crecido en estudiantes (ya son 177), tres secciones de primer año y tres secciones de segundo año. Hemos crecido en personal: de siete que iniciamos el año pasado a doce personas que Cooperamos con la Verdad en el Liceo junto a muchos colaboradores.

Pedimos a todos los hermanos que sigan colaborando y  orando por nuestra misión en Barquisimeto. Les invitamos a seguir construyendo nuestra Provincia y nuestra Escuela Pía donde los niños nos necesiten para «Educar» a la niñez y la juventud; para «Anunciar» la alegría del Reino porque hemos encontrado la mejor forma de servir a Dios y nadie nos la quitará y para «Transformar» la sociedad como lo quería Calasanz.