Los días 1, 2 y 3 el P. Provincial, Francisco E. Montesinos y el Asistente de Formación Inicial, Willians Costa, han visitado el Noviciado Interdemarcacional de Bogotá (Colombia). Han sido días intensos de mucho diálogo. Uno de los novicios de nuestra Provincia ha redactado el siguiente escrito.

Durante el presente curso 2013, el Noviciado ‘Inmaculada Concepción’ de Bogotá está formado por novicios de cuatro nacionalidades: Venio Bonhomette (30 años) de Haití; Pedro Rodríguez, (27 años) de República Dominicana; Ángel Machado, (24 años) de Venezuela; Junior Caldera (19 años) de Venezuela. Junto a estos cuatro novicios de nuestra Provincia, están Wilson Siles (21) y  Nicolás Sarabia (20) bolivianos, pertenecientes a la Viceprovincia de Brasil y Bolivia.

Como se puede observar, es un noviciado que cuenta con una gran riqueza pluricultural y sentido demarcacional. En esta tarea de acompañamiento a cada uno de nosotros, está el P. Alejandro Vásquez  de la Provincia de Nazaret (Colombia-Ecuador).

Dentro de nuestro horario tenemos tiempo para la oración personal y comunitaria, para celebrar diariamente la Eucaristía y para formarnos en diversas materias: estudios calasancios, doctrina social de la Iglesia, lectio divina… No faltan los trabajos domésticos, como la  limpieza de la casa, o el deporte o el trabajo en la huerta.

Una de las cosas que resaltaría del Noviciado es el estudio de las Constituciones porque es el espacio donde descubrimos la luz y la fuerza para la vocación personal, la vida comunitaria, el camino de la fe y la vivencia de los votos religiosos desde la propia humanidad de Cristo y Calasanz.

También resaltaría el trabajo en el colegio “CED Calasanz” de Bogotá; allí dirigimos la Oración Continua con los niños de Transición (5 años) hasta los de 4º grado. Esto lo alternamos con el Proyecto ‘Angelus’ que consiste en acompañar a los estudiantes de 6º a 8º grado.

En fin, lo que se pretende conseguir con todo esto es potenciar lo bueno y maravilloso que hay en cada uno de nosotros, en lo más profundo de nuestro ser, para así, discernir en un clima de seguridad espiritual, la llamada al seguimiento de Jesucristo para vivir el proyecto de vida escolapia propuesto en las Constituciones, y así realizar la Profesión, libre y de todo corazón, de los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia. Dos de mayo de 2013