Recientemente, y tras una fulminante enfermedad, el Señor ha llamado a la casa del padre al P. Pedro Lasheras, quien durante 16 años fuese Viceprovincial de los padres Escolapios en Venezuela (1991- 2007). El padre Pedro nació en Navarra, España. Tenía 71 años de edad, y llevaba 52 años de profesión religiosa (como escolapio). Durante años ejerció de maestros de Novicios, maestro de Juniores, Viceprovincial de Venezuela, Bolivia y últimamente Chile. Se ha ido a la casa del Padre quien para muchos fue una mano amiga, un acompañante, un modelo de vida. Su cercanía con Carora fue grande, ya que siempre estaba pendiente del Colegio Cristo Rey, la Parroquia San José de Calasanz y San Vicente. En Valencia se le recordara con el gran constructor de los edificios de las Obra Social Calasanz y en Barquisimeto por la fundación en el Trompillo. También ejerció el cargo de la CONVER, en donde se reúnen todas las Órdenes y Congregaciones religiosas masculinas y femeninas. Su gran preocupación eran sus religiosos, la pastoral vocacional y hacer que Jesucristo aconteciera en los más pobres. Hombre siempre lleno de alegría y esperanza con un optimismo ante los problemas. Su estilo de relación con los jóvenes y su entusiasmo por la Escuela Pía ha sido una referencia especial para muchos escolapios. Su memoria siempre estará presente entre nosotros.
Recogemos testimonios de algunos religiosos recogidos en facebook
Freddy Araujo. Un gran hombre tuve la oportunidad de conocerlo solos unos minutos el la comunidad de Barquisimeto(eL TROMPILLO) cuando estaba dando mis primeros pasos para conocer a los escolapios.En otras palabras pude conocer a un escolapio ejemplar en medio de mi inquietud vocacional.
Juan María Puig Lizarraga. Pedro Lasheras ha partido a la casa del Padre. Muchos hemos sentido a Pedro como un padre en la fe y en la vocación escolapia. Para muchos ha sido un referente en el entusiasmo con que se puede vivir el ser escolapio. A muchos ha animado a tener fe en el presente y futuro de las Escuelas Pías. Para los que hemos sido discípulos de él en el colegio o en los grupos o en aquella primeras comunidades, nos deja un poco más huérfanos. Van partiendo los que nos han ido educando. Es doloroso, pero no dejaría de animarnos a fortalecer nuestra fe y esperanza en Dios. Dios Padre en quien con tanta pasión creyó le conceda su paz y descanso tras una vida entregada sin fisuras y con una gran pasión apostólica. Nosotros recogemos su testimonio con gratitud.
Rodolfo Robert Esquivel Por esas cosas del destino y estando en Caracas durante estos días, he tenido el privilegio de celebrar nuestra eucaristía comunitaria por nuestro querido Pedro. Agradezco el privilegio de hacerlo en este país al que tanto amó y sirvió (Venezuela) y entre aquellos que más quería (los formandos). Paz a sus restos, consuelo a toda la Escuela Pía y alegría en el cielo por un escolapio extraordinario
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